Y … ¿cómo vamos a pagar Miguel Ángel?

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Atraer turistas no es cosa sencilla, mucho menos, cuando el recurso es público, pues estas bajo los ojos de la transparencia, la prudencia y la eficiencia de aplicar el dinero de todo el pueblo; por lo que nos preguntamos ¿Cómo vamos a pagar Miguel Ángel? La nueva exposición del Parque Guanajuato Bicentenario que (nada más!) le antecedió el Museo de Bellas Artes.

A Guanajuato le costó 14 millones de pesos, lo autorizaron los miembros del Comité Técnico del Fideicomiso del Parque Guanajuato Bicentenario, por lo que no sólo una persona tomó la decisión.

La mejor parte, es que no sólo será el gasto y escucharemos la frase “la cultura no tiene precio”, al menos, en esta ocasión, se cuentan con patrocinadores como Aeroméxico, Intejet, Banorte, Nivada y algunos otros por confirmar para abonarle al puerquito del dinero para esta hazaña.

Como en la región hay algunas personalidades interesadas en visitar la exposición pero no son grandes fanáticos de hacer fila, se pensó en organizar cenas; la mecánica será al cerrar la exposición, es decir, después de las 8 de la noche se servirá la cena con temática guanajuatense y al terminar el postre se realizará el recorrido nocturno con un boleto que no será nada barato.

Si usted tampoco es fan de hacer fila pero le parece alto el costo de la cena, podrá optar por un ticket para alguno de los cocteles que se ofertarán en la misma dinámica de las cenas.

Además, la Agencia Metropolitana de Agencias de Viajes venderán paquetes con hospedaje, los clientes potenciales serán Guadalajara y Monterrey.

El objetivo es claro, recuperar parte de la inversión de la exposición con eventos alternos, pues la entrada al Parque Guanajuato Bicentenario continuará a 25 pesos y no tendrá costo extra visitar las piezas del genio renacentista.

El plan es bueno, la ejecución está en camino, los resultados deberán ser excelentes.

Y el cálculo que nos faltaba es, que se esperan poco más de 150 mil personas en los tres meses de exhibición.

Ser culto no tiene precio, pero alimentar esa parte del alma sí.

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