Las instalaciones de la Feria de León se llenaron de todo el sabor de la tierra andaluz, pues más de una docena de cocineros demostraron su talento para ofrecer a los visitantes del XXVII Edición de la Paella su mejor receta.
Desde platillos muy tradicionales a base de arroz, carne de cerdo, camarón, mejillón, pollo y chile morrón hasta unos más elaborados desfilaron por todo el lugar enamorando al sentido del olfato y del gusto.
Inclusive hubo quienes se arriesgaron un poco y optaron por ofrecer otros estilos muy diferentes como la paella negra, la cual algunos utilizaron tinta de pulpo para lograr esta tonalidad aunque otros más lo hicieron con hongos como el huitlacoche.
De hecho hubo quien preparó su propia versión cambiando el arroz por fideos, además agregó un poco de azafrán, jamón serrano y filete de pescado, platillo que fue el favorito de muchos, tan es así que fue los primeros en terminarse.
Por otro lado, brilló también la paella de embutidos alemanes que dejó extasiado a uno que otro.
Obviamente el pan formó parte de la mesa principal al igual que los vinos, que en esta ocasión estuvieron a cargo de La Redonda, viñedo originario de Querétaro, cuyo sabor quedó más que perfecto con cada uno de los platillos.
A la par, la música española fusionó cuerdas y tambores al igual que bailes propios que aquella región se hicieron presentes y no pudieron faltar las artesanías que engalanaron esta muestra gastronómica, la cual fue disfrutada por propio y extraños del Club Rotario de León .