Anuncian descubrimientos arqueológicos en el Templo Mayor

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El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura federal anunciaron el hallazgo del Templo de Ehécatl y un juego de pelota en un predio particular localizado en la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Dicho descubrimiento concuerda con la ubicación proporcionada por las crónicas de los frailes del siglo XVI; se espera que en el lugar sea construido un museo para ser abierto al público.

En conferencia de prensa, el arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, investigador del INAH y María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura, anunciaron el pasado miércoles el descubrimiento.

Matos Moctezuma aseguró que son más de 30 metros de longitud los que tiene el edificio dedicado al dios mexica del viento, hallazgo que complementa esta serie de descubrimientos recientes.

El arqueólogo añadió que durante las labores en Guatemala 16, a espaldas de la Catedral Metropolitana, el Programa de Arqueología Urbana (PAU) descubrió también una plataforma de nueve metros de ancho limitada por el cabezal poniente de la Cancha del Juego de Pelota.

En este espacio, alineado al adoratorio del dios guerrero Huitzilopochtli (el cual junto con el dedicado a Tláloc se hallaba en la cima del Templo Mayor), se detectaron restos de una escalinata por donde debieron ingresar los combatientes a la cancha ritual.

De acuerdo con Matos Moctezuma, conforme a la evidencia de tres etapas constructivas detectadas hasta ahora por el PAU, ambos edificios estuvieron en uso por lo menos desde el año 1481, durante el gobierno de Tízoc, y en los subsecuentes mandatos de Ahuízotl y Moctezuma Xocoyotzin, hasta el año 1519, coincidiendo con la llegada de los españoles.

Bajo el piso de una escalinata remetida a la plataforma que limita al norte el juego de pelota, los arqueólogos ubicaron la única ofrenda ritual hallada hasta ahora en las excavaciones en Guatemala 16. Estaba conformada por varios grupos de cervicales humanas que aún guardaban su posición anatómica, y correspondían a 30 individuos cuyas edades oscilaban desde infantiles hasta juveniles.

La sección del Templo de Ehécatl que se observa al fondo sólo corresponde a una cuarta parte de su totalidad. Los frailes Durán y Torquemada mencionan en sus crónicas el templo dedicado al dios del viento, como un edificio circular con acceso al oriente y techo cónico de paja y cuando los sacerdotes entraban en él emulaban internarse en las fauces de una serpiente porque su acceso y el templo en sí, eran la representación de este animal.

Desde hace 25 años, en el corazón de la Ciudad de México, el PAU rescata y protege lo que permanece de la fama y la gloria de la antigua México-Tenochtitlan, una ciudad que perduró dos siglos, entre 1325 y 1521. En los últimos años, este proyecto del Museo del Templo Mayor ha visto incrementar la cantidad de hallazgos.

“Como se sabe, consumada la conquista, los edificios tenochcas fueron desmantelados paulatinamente en sus etapas superiores para construir la capital virreinal”, concluyó el arqueólogo Matos Moctezuma.

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