El caso Despegar y cómo el día de mañana nos tiene que llegar.

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Me corren si comienzo a escribir el cliché de renovarse a morir. En serio, me corren. Hoy vi color, sobriedad y reinvención. Radical es el nuevo normal, o al menos, el intento por preservar en el imaginario colectivo como una firma de respeto más que comprobado en el mercado de las experiencias turísticas.

Ese día de mañana le tocó a la anterior despegar.com, su transición a solo Despegar va más allá de tipografía, nuevo color y nuevas formas de comunicarse: es evolucionar, confianza, cambio y crecimiento. Amigable como siempre, ahora renueva su identidad visual luego de 20 años de historias contadas a través de hacer más fácil la experiencia de viajar.

Comencemos por la composición. Sobria, estética y vistosa. Un tanto seria pero infinitamente emocional que irá mutando de color acorde a la temporalidad o categoría de servicio según sea el caso.La propuesta de valor toma sentido cuando no solo se trata solo de arribar a un destino, la lógica radica en saberse feliz ahí y esa es la historia que ahora nos cuenta Despegar desde su nueva identidad.

¿De qué nos perdimos? De nada, la propuesta deja en claro que “viajes” ha quedado atrás, que con la apropiación de una nueva cultura digital “.com” es cosa del pasado, en el entendido que para comunicar una revolución en el servicio se tenía que dar el primer golpe en la fachada.

Comunicación impecable, de alguien que se sabe líder y que se arriesga sin perderse en el camino, que se fija metas y las construye bajo las adictivas notas que implican respirar, sentir y amanecer en un nuevo destino en tan solo un spot de corta duración que no da lugar a inquietudes o incertidumbres.

20 años después, hablamos de una experiencia de color que reúne una oferta superior a los 250 mil hoteles y la misma cantidad de actividades en sus destinos, el reto es instalarse en el colectivo y pasar poco a poco a la historia de las grandes identidades corporativas que han sabido ganarse el respeto al dar el siguiente paso a tiempo.

El juego se llama confianza. Nunca la confianza en juego. La marca responde a las expectativas de los usuarios, clientes al final del día, quienes en la búsqueda de una interfaz amigable han encontrado la experiencia que les ha cambiado la vida.

Hoy, la interacción de la marca comienza cobrar vida en todas sus plataformas, muy pronto sabremos si 20 años son razón suficientes para tener el privilegio de contar las historias de quienes se dedican a vivir viajando.

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