San Quintín es una de las tantas joyas que descubrir en Baja California, entre su variada naturaleza, microclimas, buena comida y hogar de las ostionerías más grandes de México.
Uno de los platillos más emblemáticos son los deliciosos sabores del mar, pero los ostiones son todo un descubrimiento, ya que este molusco no se da por sí solo en cualquier parte del océano, por lo cual cada persona desarrolla técnicas para mejorar su sabor.
San Quintín es un oasis de tranquilidad, pero uno de los imperdibles para conocer esta región, son sin duda las ostionerías o hacer una parada a disfrutar de estos manjares frescos.
Podrás acompañarlos con ingredientes dulces, ácidos o picantes; crudos, cocidos o asados a las brasas o gratinados con queso.
En esta zona, el molusco pasa por un proceso de cultivo y cosecha desde cero en cajas especiales de las ostionerías ubicadas en la costa del hermoso Océano Pacifico, por tal razón, todo su proceso de desarrollo es monitoreado y asegura que siempre serán los más frescos del país, con calidad y sabor gourmet.
El azul profundo del mar, el sol de costa y deliciosos ostiones recién sacados del agua serán el escenario ideal para vivir una aventura diferente, ya que esta visita no solo implica degustar este delicioso afrodisíaco, sino que conocerás de cerca el proceso artesanal de producción que llega a tardar meses o hasta un año para finalmente distribuirlos en grandes cantidades en todo el estado y exportados a nivel nacional a Ciudad de México o Jalisco, e incluso internacionalmente a Estados Unidos, partes de Europa, China y Japón.
La especie que se cultiva es el ostión japonés y el Kumamoto, ambos tienen gran sabor y un alto valor nutritivo, ricos en vitamina B12, la cual mejora el funcionamiento nervioso de todo el cerebro, fortalece a la sangre y previene anemias que provocan cansancio; cuenta con ácidos grasos Omega-3 y muchos beneficios más.
Algunas de las ostionerías son: Sierra de San Pedro Mártir, Cataviña y Valle de los Cirios.