Si te encanta el mundo marino y las ballenas son tu animal favorito, no podrás dejar pasar la hermosa experiencia en Puerto Madryn, en la Patagonia Argentina.
La ballena franca austral ha preferido Puerto Madryn para el ciclo reproductivo; la magia de esta etapa que podrás disfrutar en Argentina, es que podrás disfrutar de la observación de estos ejemplares desde la costa, creando un encuentro silencioso, íntimo y conmovedor.
Desde principios de junio hasta fines de noviembre, es cuando estos cetáceos, eligen las aguas protegidas del Golfo Nuevo, frente a la Península Valdés, para aparearse y dar a luz.
Declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, esta reserva es el epicentro de una experiencia que será inovidable.
Desde la costa o en alta mar
Para esta actividad, podrás disfrutarla de dos formas: desde la costa o en embarcaciones.
Si deseas hacerlo desde la costa, será en Playa El Doradillo, a tan solo 15 kilómetros del centro de Puerto Madryn.
Este punto panorámico permite ver a las ballenas muy cerca de la orilla, especialmente en momentos de marea alta. La entrada es libre y gratuita, y los horarios pueden consultarse en las oficinas de turismo locales.
Si deseas vivir la experiencia desde el mar, las salidas son desde Puerto Pirámides, el único poblado dentro de Península Valdés, a unos 94 kilómetros de la ciudad. Las excursiones suelen durar unos 90 minutos, se realizan con guías especializados y bajo estrictos protocolos ambientales.
Además de lanchas, algunas operadoras ofrecen opciones de submarinos turísticos que permiten observar el comportamiento de las ballenas bajo el agua, una propuesta única a nivel mundial.
Y ¿Cómo llego?
Puerto Madryn cuenta con aeropuerto y vuelos directos desde Buenos Aires; otra alternativa es volar a Trelew y luego recorrer por tierra la distancia hasta Puerto Madryn.
Hay paquetes turísticos que incluyen traslados, alojamiento y excursiones. La ciudad ofrece una amplia gama de hospedajes, desde hoteles boutique hasta glampings y opciones familiares, lo que la convierte en un destino versátil para todo tipo de viajeros.
La mejor época para ver ballenas es de junio a diciembre, siendo septiembre a noviembre los de mayor concentración y actividad.