Komalli es un lugar que tienes que probar, preferentemente en el desayuno, para que tengas el tiempo suficiente para disfrutar de sus delicias.
Komalli es el proyecto personal del chef Alejandro Negrete Loya y se encuentra en Guanajuato Capital, una de las pocas joyas que comienzan a brillar en dicho destino, ya que la gastronomía se había centrado en lo típico y convencional.
Dicho sea de paso, se agradece contar con un lugar para desayunar con propuesta, fuera de los espacios que están en el centro de la ciudad y que sólo sirven huevos revueltos con frijoles de sobre y jugo de naranja de garrafa.
Regresando a Komalli, el chef Negrete ha experimentado la técnica de la barbacoa con distintas proteínas: res, borrego, pollo y alguna otra de especialidad, como la de picanha (o picaña, como prefieran leerla).
Este fue el platillo que me atrapó y que, en definitiva, todos necesitan probar.
La barbacoa de picaña es perfecta para aquellos que hemos encontrado este corte de carne como un gran favorito.
Mi pedido fue para llevar y disfrutar el domingo por la mañana, con la familia.
El kilo de barbacoa de picaña venía acompañado de frijolitos tipo charros, tortillas hechas a mano, tres tipos de salsa martajada, cebollita morada y por supuesto que cilantro y cebolla, compadres de siempre de unos buenos tacos.
Vayamos por partes
Las tortillas hechas a mano se notan y son de buen tamaño. A pesar de haberlas consumido un día después de su creación, estaban fantásticas, como si no se hubieran refrigerado para comerse un día después. Aún y después de calentadas, tenían esa flexibilidad que te permite hacerte un taco “caldoso” sin llegar a que se rompa la tortilla.
Los acompañamientos fueron en porciones generosas y deliciosos. Hubo salsa verde, con tomatillo asado y unos notorios chilitos serranos que le pusieron picor a la combinación.
La que desde el principio me inspiró respeto y decidí sólo probarla, fue la roja con un toque de chile de árbol, como dicen por ahí: “sólo para no quedarme con la curiosidad”. Mi favorita fue la martajada con jitomate asado, esa estuvo magnífica para acompañar mis taquitos.
Los frijoles les digo que son “tipo charros” porque, si hubieran tenido todos los ingredientes de unos frijoles charros, no llego a la barbacoa. Tenían tocino y un sabor guisado que los hace únicos. Quizá estoy acostumbrada a unos frijoles charros muy “hartones” y por eso es la descripción. Como acompañante para los taquitos de barbacoa, están perfectos.
Y llegamos a la casilla de la estrella: la barbacoa de picaña.
La textura y sabor son únicos, tiene esa sazón única, la suavidad y jugosidad de la carne y la mezcla con los complementos es increíblemente indescriptible. Y para los que no amamos los gorditos o pellejitos en ciertos platillos, permítanme decirles que es carne de calidad, no trae más gordito que el de la picaña misma.
No quiero sonar como todos los que me decían que se iban a misiones: “tienes que vivirlo”, pero en este caso, si tienen que pedir su kilo de barbacoa de picaña para que disfruten de todos los sabores y aromas de este delicioso platillo.
Como plus, un tamal de barbacoa fue una comida completa el día anterior. Así que si les toca el día que vayan a Komalli, no duden en traerse una buena dotación.
Para disfrutar de esta barbacoa especial, es necesario hacer tu pedido con anticipación, ya que no está en la carta para disfrute del día a día.
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