El oriente michoacano está listo para recibir a las mariposas Monarca. La temporada de visitas a los santuarios iniciará en noviembre próximo y concluirá en marzo del 2017, con horarios de 09:00 a 17:00 horas.
La titular de la Secretaría de Turismo de Michoacán (Sectur) estatal, Liliana López Buenrostro, dijo que se han realizado los preparativos para recibir a los turistas y visitantes al País de la Monarca.
En tanto llegan los lepidópteros, el Gobierno del Estado, a través de la Sectur, está por concluir la segunda etapa de la zona gastronómica y artesanal del Santuario de la Mariposa Monarca en El Rosario, para recibir a más de 140 mil visitantes y turistas, y en Sierra Chincua se espera una afluencia de 65 mil personas.
De acuerdo con la información proporcionada por la Dirección de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, la Reserva cuenta con una superficie de 56 mil 259 hectáreas y se ubica en la región Centro Occidente del país, entre los estados de Michoacán y México. La altura de los santuarios en promedio fluctúa entre los 2 mil 400 metros y los 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar.
Los santuarios del Oriente michoacano son El Rosario, municipio de Ocampo; Sierra Chincua, en Angangueo; y Sierra Chincua, en Senguio.
La Sierra Chincua cuenta con una colonia de mariposa Monarca, pero la actividad turística se presenta tanto por Angangueo como por Senguio; es decir, las personas visitan la misma colonia, pero en diferentes paradores. Los paradores son El Asoleadero, municipio de Ocampo; y Los Remedios, en Angangueo.
Es importante destacar que las mariposas Monarca viajan más de 4 mil kilómetros desde Canadá y viven entre tres y cuatro semanas, excepto la generación que nace en otoño y que es conocida como la Matusalén, que vive entre siete y ocho meses.
Su migración tiene su fundamento biológico en desplazarse para protegerse de las temperaturas invernales extremas de Norteamérica. Los bosques de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca reúnen las condiciones micro-climáticas necesarias para que año con año el lepidóptero encuentre un refugio que les asegure la sobrevivencia en los meses de noviembre a marzo.