La temporada de las vendimias es esperada por muchos; amantes del vino y recién agregados al mundo enológico se dieron cita en uno de los viñedos más lindos de Guanajuato: Cuna de Tierra.
Cuna de Tierra fue el primer viñedo en esta nueva etapa vinícola de Guanajuato y como hermano mayor, cada año pone el ejemplo de cómo se debe cerrar con broche de oro, aunque cada año sea más difícil, pues siempre tienen un factor sorpresa que nos hace querer más para el siguiente.
Este año, Torre de tierra, el vino blanco de la casa lució a la perfección, pues en la mesa pudimos degustar de las creaciones de un grande, el Chef Eduardo Wichtendahl Palazuelos.
También hubo tinto, pero a mi gusto, la comida del mar del Chef Palazuelos iba mejor con el blanco.
Entre los manjares que se pudieron probar estuvieron las icónicas jaibas gratinadas servidas en conchas, pescado en hoja de plátano, atún sellado, tamales de chipil, chilpachole y variedad de ceviches como callo de almeja, tiritas de pescado y ceviche Acapulco.
Para quienes no comen carne, hubo una estación de ensaladas deliciosas y para quienes no perdonan ese tipo de proteína, entre los productos del asador hubo pollo a la talla, arrachera y pulpo a la talla.
Además de la deliciosa comida, hubo catas por parte de “Olio fino”, un tasting room de aceites de oliva y balsámicos increíblemente deliciosos; bailes a ritmo de tango y la tradicional pisa de uvas.
Entre las amenidades estuvieron quesos de oveja madurados, artículos decorativos con el tema del vino y lo que no podía faltar en una vendimia: ¡sombreros!
Cuna de Tierra cumplió con el cometido una vez mas: deslumbrarnos y hacer que la experiencia del vino en Guanajuato se viva de forma excepcional.
Lo bueno es que sabemos que un evento en este viñedo de Dolores Hidalgo es garantía de calidad, la incógnita será ¿con qué nos sorprenderán en el 2017?