Cuenta la leyenda, que la flor de cempasúchil tiene una relación directa con el amor más allá de la vida, por lo que Grupo Modelo decidió sacar una versión de la cerveza Victoria, con toques de sabor a la flor típica del día de muertos.
Cerveza Victoria llevará el Cempasúchil a todos los hogares mexicanos, con una cerveza edición especial que contiene extracto de la flor de 20 pétalos.
El sabor de esta cerveza tendrá un dulzor perceptible, así como un ligero amargor. La espuma color beige aflorará el aroma característico del cempasúchil. Todo el sabor en una lata edición especial de 473 ml. diseñada por el ilustrador mexicano Revost, la cuál estará disponible a partir del 5 de octubre y durante toda la temporada de Día de Muertos.
Victoria Cempasúchil representa el sabor del reencuentro con nuestros seres queridos, con los que están y con los que vuelven cada año para visitarnos. Una cerveza perfecta para acompañar los diversos platillos de la temporada de cada región.
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La campaña
Cerveza Victoria, ‘El sabor del reencuentro’, busca enaltecer una de las tradiciones más emblemáticas de México: el día de muertos.
El film de esta campaña, fue escrito con comentarios reales que miles de mexicanos escribieron a través de los años a sus seres queridos que hoy, ya no están aquí.
El 1 y 2 de noviembre, se realiza la celebración que rinde culto a la muerte, a la memoria que antepone el recuerdo sobre el olvido.
Es común que en los hogares mexicanos se monten altares, adornados con una de las flores más representativas: el cempasúchil, flor que surgió en la época prehispánica.
Entre las leyendas se encuentran, que los pétalos amarillos guían a los muertos durante su visita al mundo de los vivos, ya que se dice contienen el color y el aroma a fuego del sol.
El cempasúchil se cultiva aproximadamente en 14 estados de la República, entre ellos: Puebla, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca y Estado de México.
La leyenda
La leyenda azteca narra el amor entre Xóchitl y Huitzilin, quienes desde pequeños se amaban. Un buen día, decidieron sellar su amor con el sol de testigo. Huitzilin fue llamado a la guerra, donde murió en pleno campo de batalla.
El dolor de Xóchitl fue tan grande, que pidió reunirse con su amado. Su deseo fue concedido, convirtiéndola en un botón que abrió en flor cuando un colibrí, atraído por el aroma inconfundible, llegó para posarse sobre sus hojas.
La flor se abrió y mostró su característico color amarillo, radiante como el sol, era la flor de cempasúchil, la flor de veinte pétalos, que había reconocido Huitzilin, quién había tomado forma de colibrí para poder visitar a su amada.
La leyenda dicta, que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.