Para crear una fragancia DIOR, los expertos se adentran en una búsqueda de las más bellas flores y materias primas únicas para darle identidad a cada una de sus esencias.
François Demachy reconoce plenamente su valor y nos lleva con él a los campos donde las flores se cultivan para la Casa de Dior Parfums, un lugar en donde se puede sentir la magia de los paisajes, la configuración poética de un arte que se mantuvo sin cambios y garantiza la calidad realmente excepcional.
En el sur de la India, los campos de estiramiento de jazmín en la medida que el ojo puede ver marcada por las siluetas de los recolectores de flores que han estado trabajando desde amanecer. Dos variedades de esta «flor de los dioses» flor de jazmín Sambac y jazmín Grandiflorum, la primera, potente y sensual, se utilizó para la primera vez hace 20 años por la Cámara de Dior para J’adore; y la segunda más clásica y solar, libera su delicado aroma en la composición de Miss Dior.
Un verdadero tesoro nacional de Italia, es el fruto de una tierra situada entre el mar Jónico y las estribaciones del Aspromonte, una finca que François Demachy conoce todas y cada una de sus facetas, en donde se siembran miles de árboles bergamota de cultivo ecológico que se cosechan anualmente para la Casa Dior, formado y perfeccionado el resultado de una colaboración auténtica.
Bergamota de Calabria es una de las materias más utilizadas en icónicas fragancias Dior. Se encuentra en todas las fragancias de la cámara, que es esencial para la estructura olfativa.
En el laboratorio de François Demachy se puede apreciar una postal de todos estos viajes, en donde se esfuerza por que cada uno de estos encuentros es parte de una aventura para obtener materias primas ideales.