#DeliEnCasa  – Tamales gourmet 

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Como todos sabemos, la pandemia nos ha detenido en muchos proyectos. En Living and Travel no hubo excepción.

Pero decidimos seguir apoyando lo local o lo que queda de ello; muchos de nuestros amigos han quedado en el camino del emprendimiento y algunos otros han explorado nuevos rumbos.

Uno de los emprendimientos que más me han llamado la atención son aquellas personas que han montado una zona experimental en casa y le han dado rienda suelta a la creatividad gastronómica para que, estando en casita, lo disfrutes al máximo y con todas las medidas de seguridad sanitaria.

Por ejemplo, “ Las delicias del mes”, que cada cuatro semanas promueven versiones de distintos tamales, distintos a los verdes, rojos y de dulce.

Era mucha la curiosidad sobre los tamales gourmet, así que no me resistí.

Los encontré en un grupo de venta de la ciudad, tenían un formulario y me dediqué a soñar gordamente, es decir, a pedir de distintos y sin freno alguno.

Como todos los tamales, hay dulces y salados. La verdad es que no me llamaron la atención los tamales salados, sigo sin encontrar la fascinación en que a todo lo pongan chilaquiles, característica de los tamales gourmet de esta ocasión.

Me incliné por los tamales dulces, pedí de frutos rojos, café de olla, cajeta de membrillo y los campeones, de triple chocolate.

Como buena compradora de alimentos, me di cuenta que los de triple chocolate ya tenían varias publicaciones hechas desde meses atrás, por lo que intuí que eran un clásico.

Comencé a ver el formulario en los grupos de venta desde el lunes, con promesa de entrega en el fin de semana comenzando en viernes. Lo pensé el lunes, el martes volví a ver la publicación y me animé.

En el post venían las fotos de los tamales que promovían, la fecha de cierre de pedidos y un url para que registraras tu pedido. Me pareció increíble lo del formulario, era no perder el detalle de cada orden.

Llené el formulario, puse mi correo y mi teléfono y listo. Creí que me llegaría un mail de confirmación y no fue así; para el jueves, tenía un mensaje en mi Whatsapp confirmando mi pedido, dirección y tipo de pago (efectivo o transferencia). Corroboré mi orden, la hora de entrega de mi pedido y listo.

Desde el jueves al medio día fui notificada de que mi pedido de tamales llegaría el viernes entre 7:30 y 8:00 PM. Situación que me parece increíble porque así me dio tiempo a programar mis otras actividades.

El viernes a las 7:30 PM fue como esperar a los Reyes Magos, recibí un último mensaje de que en 10 minutos estarían entregándome mi pedido y el nombre del repartidor para identificarlo.

¡Llegaron! Los tamales fueron entregados en un desechable envuelto en papel de estraza y con una cinta para evitar que se enfriaran demasiado. Corrí por un tenedor y me dediqué a probar.

Tal y como imaginé los tamales de frutos rojos fue su sabor, con unas notas aciditas a arándano, fresa y venían acompañados de una crema que los hacían enaltecer el sabor dulce; las rodajas de fresa fresca fue algo extra que me permitió cada bocado tener un pedacito.

Seguí con los de membrillo, rellenos y por fuera ¡una delicia! Si te gusta el ate, la cajeta o la mermelada de membrillo, estos tamales son para ti.

Estaba en pleno éxtasis de sabor cuando le di una mordidita al tamal de café de olla. He de confesar que fue mi favorito, ya que me pareció muy seco, sin un sabor característico como los otros y sin ese factor que me hiciera disfrutar cada mordida. Lo acompañé con un vaso de leche muy fría, pues al estar muy seco no me permitía tragarlo solo.

El momento llegó, el tamal de triple chocolate era el que seguía. Después de dos buenos y uno malo, las expectativas iban en aumento, pues me hacía pensar que al ser el constante en el menú era una exquisitez segura.

Lo mejor es que si salía seco, ya tenía un vasito de leche a un lado; a simple vista era magnífico, con todo ese chocolate, la nuez, el jarabe de chocolate que lo cubría, etc. así que decidí probarlo de una vez por todas.

No me equivoqué, ¡era magnífico!. A mi gusto, el mejor de los cuatro. El sabor del chocolate era increíble, la textura era perfecta, pues no estaba seco ni aguado. El jarabe de chocolate acentuó los sabores y el toque de nuez fue para darle una bandera extra.

El cuidado sobre el manejo de los alimentos fue impecable. Venían limpios (no me salió ningún cabello, no venía el empaque sucio, etc), sellados y venía con un pequeño texto sobre los tamales.

Ahora que es el tiempo de la ingesta “justificada” de los tamales de la candelaria, sería excelente que les dieras una oportunidad.

Estan ubicados en León, Guanajuato. Si deseas saber más datos, checa nuestras redes sociales.

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