Entre belleza natural, gastronomía, cultura e historia milenaria, Yucatán ha logrado colocarse como uno de los favoritos para celebrar San Valentín.
En el mes del amor, imagina una noche bajo el cielo estrellado, un beso a orilla del mar, un salto de confianza en un cenote o fotos perfectas en un pueblo mágico, todo lo anterior, lo podrás encontrar en Yucatán.
Te dejamos algunas opciones para que elijas la que más se adapte a tus gustos y los de tu pareja.
Glamping
Además de ser una experiencia exclusiva, también es sustentable. Se encuentra en uno de los sitios históricos y naturales más remotos de Yucatán: el campamento XEIBA.
Este lugar está inmerso en la exuberante selva maya que invita a reconectar con la naturaleza a la par de conectar con nosotros mismos.
También podrás complementar tu experiencia con una sesión de yoga, meditar en la naturaleza, aprender y recolectar frutas y verduras orgánicas del huerto e incluso salir a una excursión personalizada a algunos de los puntos más emblemáticos del estado.
Cena a la orilla del mar
Sisal es el lugar ideal para disfrutar de una hermosa velada en la playa acompañado de esa persona especial mientras se dejan consentir con una deliciosa cena romántica bajo el cielo estrellado y la brisa marina acariciando su piel, todo perfectamente ambientado con la luz de las velas y antorchas que te harán revivir el romance y la pasión.
Después de una velada inolvidable, también es posible disfrutar de un Pueblo Mágico como lo es Sisal; apacible y repleto de paz, que ofrece a sus viajeros paseos en lancha por sus manglares, avistamiento de aves, mientras se disfruta de interesantes historias y leyendas en boca de sus pobladores.
Salto de confianza
Sorprende a esa persona especial regalándole un momento inolvidable en Cenote San Ignacio con una cena romántica bajo un árbol sagrado maya, que de acuerdo con las leyendas es el Símbolo de la Vida que representa la conexión del hombre con el cosmos.
En el cenote de aguas cristalinas, podrás dar un salto de confianza, adentrándose a un sitio sagrado; recordemos que para los ancestros mayas, estos espacios se asociaban con la fertilidad y la vida.