Complejo Inda – Jani: el lugar que necesitas para despejarte en León

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Complejo Inda-Jani. Foto: Karla Fedez
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Si buscas un lugar al aire libre, con cocina tradicional deliciosa, cerca de León y Pet Friendly, Complejo Inda – Jani es un lugar que vas a amar.

Por el camino a Comanjilla, a sólo 15 minutos de León, se encuentra Inda – Jani, un complejo donde la vida campirana, el sonido del viento, las aves y un clima delicioso te estarán esperando.

Cuenta con una gran extensión para que puedas disfrutar del césped, flores, animales de corral y de algunas especies de flora y fauna nativas. Por ejemplo ¿Conoces los diferentes tipos de nopal? Con la guía de Claudia Valencia, podrás identificarlos, además de que te podrá contar un poco de sus características.

Por supuesto que las lagartijas, tortugas y algunas aves son comunes en el terreno, así que la convivencia con pequeñas especies es garantía.

Hay un pequeño corral donde podrás apreciar a los animales que, también están en el menú del lugar.

Pasando al tema gastronómico, en Xoconostle, restaurant del Complejo Inda – Jani, la carta es de lo mejor, pues rescata platillos de la cocina tradicional, tanto de la zona como del Estado de Guanajuato.

Encontrarás las pencas rellenas, como las hacen en Valtierrilla, Salamanca; el atole de puscua, de mezquite, de cacahuate o simplemente, el café de olla y pan dulce que hornean en el lugar, es increíble.

Bebidas tradicionales de otros lugares como el atole de cáscara de cacao también encontrarás.

Comenzamos el almuerzo con pan de la casa, una gran concha rellena de nata acompañada de café de olla. El café tiene un toque especial de naranja, piloncillo y canela.

Seguimos con manitas encurtidas con zanahoria y ensalada de col. El platillo estuvo coronado con salsa de chile puya. Las manitas tienen ese sabor característico de ser encurtidas en casa, ese aroma y sabor que lograban las señoras “del León de antes” al tener sus infurtidos en enormes frascos de cristal, para ofrecerte “una manita” cuando llegabas de visita.

Por lo menos, nosotros teníamos una vecina, Doña Lupe, que siempre hacía eso.

Las enchiladas con cecina leonesa

Las enchiladas, del estilo de las mineras, con papitas y zanahoria fritas con las enchiladas de base, fueron una delicia, combinadas con la cecina.

Llamamos a este tipo de cecina como leonesa ya que es distinta a la documentada y conocida en otros lugares de México.

Esta cecina es muy delgadita e incluso, un tanto translúcida. A diferencia de algunas otras, esta cecina viene por pliegos y se puede consumir “cruda”, tostada en el comal o frita, como está en la imagen.

Te decimos que puede ser consumida “cruda”, ya que quien la vende ya realizó un proceso que hace que puedas comerla sin repercusiones.

El guacamole llegó con una banderilla de cecina también. La base del guacamole es fresco, con aguacate de calidad y con un par de pepinos y rábanos para agregar un toque distinto.

La cecina leonesa, como la hemos nombrado en esta nota, la puedes encontrar en Almuerzos las Monjas, lugar que se hizo popular por sus guisados y esa excelente cecina que ves en las imágenes. Hay otros dos comercializadores de cecinas del tipo, por lo que no será difícil que la encuentres.

Llegamos a la penca rellena y tengo que contarles que tiene su chiste. Aquí podríamos aplicar que “no cualquier nopal sirve para penca”, pues este platillo sólo se logra eligiendo pencas de calidad y que soporten la labor de cocinar este platillo.

Les contaré, que conocí el Complejo Inda – Jani, gracias a un seminario de cocina tradicional que impartió Iris Valencia y el equipo que le acompañan. Iris y Claudia, son las encargadas de darle vida al complejo que alberga el jardín, el restaurante y los eventos que se llevan a cabo en el lugar.

Entre uno de los platillos que nos enseñaron a realizar, estuvo la penca rellena; ya tenía referencia de que Valtierrilla en Salamanca era uno de los embajadores de tal platillo, pero no me quedaba claro el proceso para llegar a tal delicia.

Para comenzar, se elige una penca maciza, que sea suficiente para rellenarla, lo suficientemente gruesa para soportar que se abra como un sobre y para que funcione como instrumento de cocción.

Se coloca la penca sobre la brasa para rasurarla de las espinas; sobre la parrilla o la brasa dando, comienzas a tumbarle las espinas con algún instrumento como tenazas o un tenedor, ya que al estar quemadas, las espinas del nopal son mas sencillas de quitar.

Ya con la penca rasurada, se abre, se coloca el relleno deseado (va en crudo y puede ser chorizo, nopales, champiñones, etc.), se consigue alambre para coser la penca y se regresa al calor.

La penca no se come, se utiliza como herramienta de cocción. Desde cocina quitan el alambre, se sirve en una tabla y es una delicia para comer en tacos, quesadillas, gorditas o simplemente como un plato de guisado.

La penca que nos sirvieron fue de nopales con chorizo y estuvo deliciosa.

Antes de llegar al postre, les contaré que uno de los talentos más deliciosos de Iris es hornear pan.

Tanto el pan dulce, bollos y el pan del que les contaré son hechos en el complejo.

En el mismo seminario, nos enseñaron a hacer pan de harina de garbanzo y pan de harina de mezquite; al ser ingredientes endémicos de la zona, nos contaron que entre el pan que se realizaba en la ciudad, desde tiempos que la historia cuenta,  hubo de harina de garbanzo y de mezquite.

Iris hizo pan de harina de mezquite y de harina de garbanzo y el resultado fue espectacular.

El pan de mezquite es de un tono oscuro, como un café que te simple vista con que será un pan dulce.

La realidad es que no es un pan dulce, de lleno; digamos que puede ser uno de sus aristas, pero podemos disfrutarlo de más maneras.

La miga es totalmente diferente al pan que conocemos y el sabor, mucho mejor.

La primera vez que probé el pan de mezquite lo complementamos con queso panela de canasta y un poco de ate de membrillo; el resultado fue espectacular.

El pan de garbanzo, por el contrario, podría decir que su vocación es mas neutro/salado. Es un pan que, si bien podría llevar algo dulce, sería una mezcla de sabores menos convencional.

Para mi fortuna, me pude llevar a casa una hogaza de cada uno y en el hogar, combiné queso brie y xoconostle caramelizado con el pan de mezquite; para el pan de garbanzo coloqué dip de alcachofa y jamón serrano. En los dos casos, la mezcla fue fantástica.

Ambas experiencias ya están disponibles en @experienciasdelmund

Para terminar, llegó el postre más leonés: una nieve de garrafa y una pucha.

Las puchas son roscas de una masa tipo pan, que tienen un sabor seco, tanto como decoración como para balancear el sabor, llevan glaseado en la parte de arriba.

La nieve de garrafa se ha afianzado como un ícono de la ciudad, ya que en el Barrio de San Juan De Dios, hay muchas neverías, con años tradición, por lo que es común que sea un punto turístico de León. La nieve de San Juan De Dios es distinta a las demás, incluso, diferente a la que distingue a Dolores Hidalgo, C.I.N. aunque sea el mismo método de elaboración.

Hay curados, pulque, jugo de tuna y muchas delicias más. Tanto para desayunar como para comer.

Estamos seguros que es un lugar que te gustará frecuentar.

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