La gastronomía mexicana es una de las más ricas del mundo, pues la mezcla de sabores tan sencillos como el maíz, el chile y el jitomate, pueden dar un platillo más que perfecto y eso es algo que ‘Doña Hilda’ conoce muy bien.
De lunes a sábado, a partir de las nueve de la mañana, el olor a leña sobre la esquina Avenida de la Merced y Alondra, justo en el número 114, a media cuadra del boulevard Juan José Torres Landa, en León Guanajuato, anuncia que el día comienza y qué mejor manera de hacerlo que con un desayuno ‘muy a la mexicana’.
Es justo a esta hora cuando los fogones comienzan a llenarse de leña y el fuego da origen a brasas que poco a poco dan calor a un gran comal mientras el otro fogón arropa a una olla cuyo contenido es el ideal para iniciar las actividades.
Mientras esto sucede, las fuertes manos de doña Hilda baten el maíz recién salido del molino, mientras alguien más va cortando trozos de queso fresco.
A la par, sobre el comal ya caliente, los jitomates y chiles verdes comienzan a tostarse para luego ser llevados a un molcajete de piedra volcánica y ahí ser molidos de manera manual para preparar un ‘chile de dedo’, como se le conoce coloquialmente.
De una en una, de la monumental montaña de maíz, nacen bolas que tras ser ‘torteadas’ caen al comal caliente en forma de tortillas perfectas, sobre ellas se colocan algunas franjas del queso, se empalman y listo, las brasas hacen lo propio para dar origen a unas quesadillas; claro que si lo prefieres, se pueden hacer también gorditas de maíz.
La decisión más difícil no radica en saber cuántas vas a comer sino más bien decidir con qué guisado rellenarás tu quesadilla o gordita, pues el menú es extenso e incluye platillos como chicharrón prensado, picadillo, choripapas, nopales, papas guisadas, rellena, carne con chile y frijoles.
Obviamente no puede faltar una bebida para acompañar el desayuno y aunque hay sabores de distintos sabores de refresco, no puedes irte del lugar sin probar su delicioso café de olla, el cual también es hervido sobre las brasas, lo que le da un toque único que endulza al sentido del gusto y de paso al alma.
La invitación es a llegar temprano, pues apenas comienzan los olores tan exquisitos y la gente empieza a llegar, sobre todo familias, que aprovechan el calor que el servicio ofrece para sentirse como en casa.
Así que ya lo sabes, cuando andes en León, cerca de la salida a San Franciso del Rincón, no dudes por preguntar por las quesadillas de doña Hilda, te dejarán un gran sabor de boca y las ganas de regresar al lugar.