Cerca del Centro Histórico de Morelia, se encuentra el Acueducto, una hermosa construcción de la época colonial y que sigue con gran parte de su estructura original.
La obra es tan icónica, que la encuentras en los billetes mexicanos de cincuenta pesos.
Fue Fray Antonio de San Miguel en 1785 quien pidió su construcción; se levantó en cantera rosa y se le destinó un estilo barroco.
Dicha obra cuenta con 253 arcos y mide 1,880 metros. Desde hace tiempo, el Acueducto dejó de enviar agua de la zona oriente hacia el centro de la ciudad, para convertirse en un monumento de la ciudad michoacana.
Aunque ha sufrido algunas remodelaciones, e incluso interrupciones en su reconstrucción, fue en el siglo XVII cuando el Acueducto vio la luz, como lo conocemos al día de hoy.
Dicha obra se terminó gracias a Fray Antonio de San Miguel, quien ofreció sus recursos para la construcción de la obra; lo que, además de ayudar con la situación de la escasez de agua en la ciudad también contribuyó para emplear a algunos de los habitantes de la antigua Valladolid, hoy conocida como Morelia.
En la zona de los filtros viejos, se encuentran los vestigios del Acueducto de Morelia, lugar ideal para un recorrido dominical en bicicleta, con toda la familia.