Jueves de Corpus en Michoacán, tradiciones que no querrás perderte

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El jueves de Corpus en 2022 cayó en 16 de junio; es una fecha que todo viajero debería tener marcado en su calendario para visitar Michoacán.

La relevancia de tener marcada la fecha para pasarla en Michoacán, es porque es una oportunidad de acercarse a la herencia cultural, la tradición viva y la belleza de atractivos turístico, sin contar las inigualables estampas e historias que podrás recabar.

De acuerdo con la SECTUR del Estado, algunos pueblos que conservan con gran detalle esta tradición son: Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Santa Fé de la Laguna, San Andrés Tziróndaro, Pamatácuaro, Erongarícuaro y Tarecuato.

En palabras del investigador Benjamín Lucas, en el caso de los pueblos purépecha, “la fiesta del corpus o ch’anajpantskua es una de las 18 fiestas que celebran nuestros antepasados y que aún se sigue conservando en nuestras comunidades indígenas”.

Benjamín Lucas resalta que el ritual para pedir las lluvias y el buen temporal cambió de nombre con la llegada de los españoles, quienes al mismo tiempo juntaron otras fiestas que ya existían como la del pan, fiestas de las cosechas y otras.

“Es así, como en la fiesta actual del corpus podemos encontrar rastros de la antigüedad de los p’urhepechas prehispánicos, entre ellas las que sobre salen son:

  • KÉRI UAPANTSKUARO

Fiesta en la que la gente bailaba con caña de maíz, como una forma de dar gracias a KUERAJPERI, por las plantas, árboles y las cosechas.

  • KUINGO

En esta fiesta así llamada se hacían unos panes en forma de venado, pues tenían las creencias nuestros abuelos que el dios KUPANTSIERI se había transformado en pan.

Esta fiesta también estaba dedicada a la diosa KUERAJPERI y era la fiesta donde se reunía toda la gente del pueblo para bailar con coronas de flores en la cabeza y música de tambores.

  • KURINDARO

La fiesta del pan que se celebraba haciendo panes de maíz y de chia (PARHI), (Chapata)”.

La herencia española

Desde el tiempo de los primeros misioneros evangelizadores, se inculcó en los pueblos purépechas profunda devoción al Corpus, como la fiesta de la comunión y del compartir, como una forma de venerar al cuerpo y la sangre de Cristo, según lo dio a conocer el estudioso Eduardo Ruiz.

Hay variaciones de un pueblo a otro, pero en general, los eventos religiosos comprenden la procesión del «Santísimo Sacramento», la participación visible de los diversos gremios que habitan en el lugar y la distribución de dones o regalos de miniaturas alusivas a los productos que constituyen el sustento de las diversas ramas laborales.

“Con esos dones o regalos, también se agradece a Dios por las cosechas y se pide su protección para que haya lluvias en el nuevo temporal. Al mismo tiempo se agradece a la tierra que da frutos y que al morir recibe al hombre con sus brazos amorosos”.

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