Vive en Michoacán las tradiciones de la Noche de Muertos

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Michoacán es reconocido como uno de los estados mexicanos donde el Día de Muertos se celebra con gran tradición, lo que atrae a miles de turistas cada año que desean vivir la experiencia mágica de la Noche de Muertos.

La secretaria de Turismo Estatal, Claudia Chávez López, detalló que el elemento más conocido de la Noche de Muertos de Michoacán es el ritual de la Velación, práctica que tiene lugar en los panteones de más de 20 pueblos en la ribera lacustre de Pátzcuaro, incluyendo varias islas del Lago, así como en algunas comunidades más del interior del estado. Es el ritual más conocido porque se lleva a cabo en espacios públicos, como panteones, que son iluminados durante toda la noche y hasta el amanecer.

Enfatizó que existen rituales menos conocidos, pero tan arraigados y antiguos como la Velación, son otras ceremonias que los pueblos purépecha practican en la semana previa y la posterior al 1 de noviembre.

Enlistamos algunos de los ritos y eventos más representativos de la ceremonia de Noche de Muertos.

Distintos rituales:

Elaboración de arco. Se construye con el producto del teruscan y campaneri, en honor a los muertos que no tienen quien los recuerde. Usualmente se coloca a la entrada de los panteones. En la mayor parte de los pueblos se realiza el día 31 de octubre o 1 de noviembre.

La caza de pato. Es una de las ofrendas más antiguas y tradicionales de la región. Es una especie de pato también conocida como “gallareta”, con la que se elabora un platillo de antigua receta. Hoy es una tradición de la ribera lacustre que muy pocos mantienen viva.

La ketzitakua o ceremonia para los muertos recientes (la traducción literal es “ofrendar”, “poner algo a la mesa”). Es una ofrenda especial para quienes murieron durante el año en curso. Esta ceremonia es la más extendida en los pueblos purépechas y es tan antigua como la ceremonia de velación, pero a diferencia de la velación, la ofrenda para los muertos recientes se realiza en las casas donde vivieron.

Consiste en la entrega-recepción de ofrendas que lleva la comunidad a la casa donde residía del difunto. En la zona lacustre hay algunos ejemplos interesantes, como Santa Fe de la Laguna y Cuanajo. Por cierto, Cuanajo, al igual que San Lorenzo –éste último se ubica en la Meseta Purépecha, cerca de Uruapan-, se caracterizan por el hecho de que las ofrendas que se llevan van “montadas” a lomo de caballos. En el caso de Cuanajo son caballos de madera, y en el de San Lorenzo, son caballos de vara “enrosados” o sea, cubiertos con orquídeas. También celebra ketzitakua Nurío en la Meseta Purépecha. La ketzitakua se realiza para adultos o para “angelitos”, en días diferentes, como sucede en el caso de la ceremonia más conocida de Michoacán, la velación. La mayor parte de los pueblos que realizan esta ceremonia lo hacen el 1 de noviembre.

La velación de los angelitos. Se realiza en los cementerios en honor a quienes murieron siendo niños o sin haberse casado. Esta ceremonia se efectúa principalmente al amanecer del día 1 de noviembre, aunque algunos pueblos lo hacen el día 31 de octubre. Un dato interesante es que en algunos pueblos esta velación corre a cargo de niños y es la manera en que ellos se introducen a la tradición de sus mayores.

La velación a los difuntos. Tiene lugar en los cementerios y es la ceremonia más conocida a nivel internacional, de entre todas las que se practican en Michoacán. La mayor parte de las comunidades la lleva a cabo del anochecer del día 1 hasta el amanecer del día 2 de noviembre. En otras inicia la noche del 31 de octubre y termina en la madrugada del 1 de noviembre.

Uno de los grandes rituales es la preparación de los alimentos para las ofrendas.

La compra de flores, velas y otros insumos para las ofrendas. Hay un enorme mercado de flores en Pátzcuaro, que se coloca en las inmediaciones de la Basílica y también hay un mercado de ofrendas de azúcar que se coloca en el Portal que rodea a la Plaza Vasco de Quiroga, que es la principal del pueblo.

Elaboración de las ofrendas florales. Las más tradicionales tienen forma cuadrada con una “x” que cruza al centro uniendo las esquinas y una cruz al centro y extremo superior del cuadrado. La ofrenda floral se realiza con tzempazúchitl, pero también es tradición colocarle orquídeas endémicas de la región conocidas como “flor de ánima”, además de figuras de azúcar, panes, frutas y pequeños presentes para el difunto.

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