¿Cómo seleccionan a los ganadores del Concurso Mundial de Bruselas?

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Cuando consumes un vino y te hacen notar que tiene una medalla, significa que ese vino entró a concurso y entre decenas, fue el que cautivó con sus características, pero ¿a qué se refieren?

Gracias a que la edición 31 del Concurso Mundial de Bruselas (CMB) se realizó en Guanajuato, podré decirte cómo es que se realiza la selección de los mejores tintos y blancos del 2024.

Para comenzar, los jueces son seleccionados por el comité del CMB; pueden ser sommeliers, wine bloggers, líderes de opinión, periodistas enogastronómicos, enólogos, entre otros profesionales del vino.

Después de la selección, convocatoria y logística para llegar a la sede, se designan jueces de distintas nacionalidades por mesa, en esta edición fueron mesas de cinco jueces, donde uno era el presidente.

El presidente de cada mesa es quien cuenta con mayor conocimiento sobre el concurso, es decir, que ha tenido participación en ediciones anteriores.

Ya que los jueces están en sus espacios asignados, comienzan a salir los vinos a calificar.

Los vinos blancos hicieron su entrada triunfal en bolsas azules y los vinos tintos en bolsas guinda. Los catadores o jueces tuvieron cerca de 30 vinos para calificar por día, situación que se escucha divertida, pero es nada sencilla.

Para realizar esta ardua tarea, las escupideras son una herramienta indispensable, por lo que cada juez contaba con la propia.

Permítanme hacerles hincapié en que las escupideras son como las credenciales de identidad: personal e intransferible. Me ha tocado la desdicha de ver que en algunos “concursos” ponen una escupidera ¡por mesa! O de plano no ponen. Por supuesto que son certámenes improvisados y sin ninguna validez.

Regresando al CMB, las bodegas deberán enviar a Bruselas tres botellas de cada etiqueta que desean que concurse y de ahí, en sus marcas, listos ¡corre tiempo!

El vino llega a manos del comité del CMB, lo clasifica, lo etiqueta y le designa la bolsa que le corresponda (azul o guinda).

El staff será el encargado de comenzar con el servicio. Los jueces arrancan con un vino de calibración, que es un vino de referencia, con medallas ganadas en ediciones anteriores.

En el primer día, es cuando los catadores prueban dos vinos de calibración, el blanco y tinto; en días posteriores, sólo será uno.

Después del vino de calibración, comienza el staff a servir los vinos del día, de 30 a 40, como lo mencioné.

Al llegar a la mesa, las botellas deberán llegar sin corcho, sin capuchón, sólo el corta gotas y en la bolsa designada. Si el vino tuviera algún defecto (acorchado, olor desagradable, etc) el catador deberá notificarlo al presidente o capitán de la mesa y solicitar la segunda botella.

Si la segunda botella también tiene defecto, se cancela el vino, por lo que, por obvias razones, queda descartado.

Como en cada cata, las aristas a evaluar de cada vino son: vista, olfato y gusto. Que se desarrolla en: limpidez, aspecto, intensidad, franqueza y calidad. Si un vino es redondo, vaya, como se le nombra en el argot vinícola.

Para corroborar que la calificación sea consistente, es posible que los vinos regresen a la mesa de los jueces más tarde, la misma botella, a la misma mesa; de esta forma, los catadores confirman la evaluación.

Cada mesa prueba vinos distintos, pero toda la mesa cata el mismo vino.  El tiempo de cata es de tres minutos aproximadamente, anotando los resultados de la evaluación de inmediato en las tabletas electrónicas. Además de señalar las aristas del vino, los jueces deberán anotar sus comentarios del porqué anotaron dicha calificación.

Los catadores contaron con agua y pan para limpiar paladar y así, no tener influencia de otros vinos.

Este concurso es uno de los más renombrados en la industria vinícola, al ser un certamen que se realiza con la mayor de la secrecía y con cata a ciegas, por lo que garantiza que no hay preferencia previa a estas obras de arte líquidas.

Y si ustedes se preguntaron al igual que yo, si era un vino el que las bodegas enviaban a concurso y otro el que mandaban a comercializar, les contaré que sí.

En palabras de Carlos Borboa, director para América del Concours Mondial de Bruxelles, después de que los vinos han sido calificados y algunos, han recibido medalla, el comité del CMB da seguimiento a los ganadores, por lo que compran como cualquier otro consumidor a los ganadores y así confirmar que sea el mismo.

Borboa comentó que sí ha habido casos en que las bodegas han realizado la práctica de enviar un tipo de vino a concurso y otro de menor calidad a venta al público, por lo que el comité del CMB toma cartas en el asunto y el destino de esa medalla obtenida queda en juego.

Las medallas del Concurso Mundial de Bruselas se dividen en: Plata, Oro y Gran Oro; siendo Gran Oro la de mayor distinción.

El que un vino tenga alguna medalla, significa que ha pasado por controles de calidad reconocidos por expertos, lo que es una señal de garantía de que consumirás un gran vino.

Los resultados de este campeonato se darán a conocer el 19 de junio del presente año.

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