Conoce la magia de Palenque

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Desde el pasado mes de septiembre, Palenque fue designado Pueblo Mágico de México por su valor turístico, cultural, histórico, gastronómico y arquitectónico.

La magia de Palenque es innegable: se trata de la puerta de entrada a uno de los sitios arqueológicos más importantes del país y testimonio de los mayas, una de las civilizaciones antiguas más poderosas sobre la faz de este planeta. Todo en Palenque nos remite a tiempos anteriores: tanto los yacimientos arqueológicos, en un estado increíble de conservación, hasta la gastronomía de tintes prehispánicos, pasando, como no, por los arrebatadores paisajes selváticos que alguna vez habitaron nuestros antepasados.

La zona arqueológica de Palenque se encuentra a tan sólo ocho kilómetros del centro de la ciudad, asentada sobre una colina que ofrece una vista envidiable del río Usumacinta. Dentro del yacimiento, todo es asombro: aquí se encuentra la pirámide escalonada más grande e íntegra de Mesoamérica, el impresionante Templo de las Inscripciones, de casi 20 metros de altura. Allí se encontró, en el siglo XVIII, la cripta del poderosísimo rey Pakal, gobernante del siglo VII que tantas leyendas ha inspirado.

Sabores del pasado

En Palenque, la historia también se vive a través del paladar. El cuidado por la conservación de la tradición es muy importante en Chiapas, y esto también concierne a la gastronomía, parte fundamental de la identidad del estado. El viajero que visita Palenque puede comprobar esto en numerosos establecimientos como restaurantes y puestos que se preocupan por mantener vivo el legado de la cocina indígena, combinando ingredientes endémicos como el maíz, el cacao y el chile para crear platillos que alcanzan una calidad casi artística.

Entre los muchos platillos que se pueden probar en Palenque, encontramos joyas como el shote con momo, delicado platillo preparado con caracol de río, yerba santa y masa de nixtamal, el pato en chilmol, salsa preparada con tomate, cilantro y diversos chiles, el salpicón de venado, el pescado sudado y los tradicionales tamales chiapanecos. Recetas milenarias como la sopa azteca y la carne a la tampiqueña nos devuelven de golpe al pasado. De postre, nadie debe perderse la variedad de dulces de miel de abeja que se preparan artesanalmente. Y de beber, para no perder la tradición, hay que disfrutar de un buen café de olla, un chocolate batido con molinillo, un histórico pozal o un tascaste, bebida típica de la región.

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