De Rusia con amor, la herencia vinícola llevada a Ensenada

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Descendientes de la primera colonia de Molokanes, un grupo pacifista de rusos se estableció en Ensenada para comenzar una gran dinastía vinícola.

Fue a inicios del siglo XX, cuando estos miembros de la comunidad rusa, llegaron a México, mientras huían de la represión del zarismo.

Con la intención de establecerse en una tierra privilegiada de buen clima, que les permitiera cultivar algunos de los primeros viñedos, fue como nacieron Vinos Bibayoff y Pasión Biba.

Aunque en esta región se concentra más de 150 vinícolas, son dos las que cuentan con una herencia rusa; además de los vinos, también trajeron sus costumbres alimenticias, proveniente de los sabores del mediterráneo.

Mucho tiempo se pensó que llegaron a la esquina de Latinoamérica por países cercanos al mar mediterráneo (Italia, Francia, España y Portugal) , pero fueron los eslavos quienes integraron este régimen, que concentra vino, aceite de oliva, pescados, mariscos, lácteos, vegetales, hierbas, frutos secos y condimentos, que transformaron el estilo a toda la gastronomía de la región y que se ve influenciado en cocinas locales.

Si deseas conocer más de su historia, no te pierdas el Museo Comunitario Ruso de la familia Samarín, un lugar para aprender de la memoria de las familias que habitaron en el Valle, su cultura, recorrer las instalaciones de una vivienda original rusa y saborear una gran comida en el restaurante gourmet de la familia.

No olvides pasar a la tienda por queso artesanal y queso sazonado con hierbas, vino, pan, olivas, aceites, conservas y hierbas aromáticas como orégano, romero, tomillo y albahaca preparados con recetas rusas.

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